La precariedad laboral nos la creamos nosotros

Me presento, me llamo Claudia y vengo a denunciar, a gritar, a alzar mi altavoz para que nadie más tenga que vivir la explotación laboral en el mundo del Derecho. Me veo en la obligación de destapar esta olla a presión, hablándolo abiertamente dado que ésta servidora es políticamente incorrecta. Quiero poner en un cartel “ABOGADOS ME HAN EXPLOTADO LABORALMENTE”. Nada que perder y mucho que ganar si exigimos de una maldita vez las oportunidades que merecemos.

Si estudias Derecho, u opositas (eso siempre, si o si, da igual, a lo que sea, tú apréndete la Constitución, par de leyes administrativas y da igual si tienes sueños o lo que sea, olvídalos) o prepárate para cobrar una miseria y mendigar unas prácticas en las que te exploten. O bueno, si tienes familiares o contactos en general, capaz eres de escapar. Eso de entrada, porque obviamente emprender «nada más salir del huevo» no es fácil. Y tú recién sales de la Facultad con toda la emoción, contento, pensando que por fin acabarás con tu precariedad económica y sin morirte de hambre. Error. Not Found.

Y ahí empiezas a cuestionarte hasta si sirve de algo lo que has estudiado o estudias. Te das cuenta que acabas trabajando de lo que mantenga. Y llega la decepción. Porque sabes que si intentas trabajar de lo tuyo te desanimarás. Te hartarás de mendigar un par de euros y hacer más horas que el Chat GPT… ¡y te quieres rendir, claro que sí, es que no das para más! ¡Es que normal que sientas que jamás avanzas!

Debo exponer mi caso porque estoy segura de que también lo habéis vivido. He “trabajado” -y así lo entrecomillo porque no había contrato ni tampoco la más mísera formalidad- con 5 abogados.  Solo a uno de ellos puedo agradecer la empatía, la amabilidad, el aprendizaje y la experiencia.

Los demás han sido prácticamente unos negreros que cual látigo recuerdan aquellos tiempos oscuros del esclavismo. Y es que, salvando las distancias, ¿es el siglo XXI el momento perfecto para camuflar el esclavismo por precariedad y vocablos en inglés?

Podría decir cositas peores pero voy a ser educada: ni un euro, te piden que hagas un elefante de diez metros con arcilla o cosas así de aleatorias, te miran por encima del hombro, te tratan como si fueras un súbdito y les debieras pleitesía y no, yo estaré aprendiendo y tú sabes más, te lo compro, pero no soy tu esclava. Merezco un respeto y si me tienes que enseñar algo o corregirme que sea desde la humanidad porque, querido jurista, NO ES LO MISMO SER JEFE QUE LÍDER. El segundo llega lejos, el primero solo es un reflejo de baja autoestima y necesita mandar porque sí y menospreciar.

CONSTE que hay profesionales maravillosos como Andrea Mendiola que siempre la menciono, y otros más que entienden lo difícil que es empezar y que quiere una emprender y para eso primero necesita trabajar y ahorrar y aprender y toda la historia; de hecho, no me he rendido gracias a ella y nuestras charlas y por eso la nombro, pero lamento decir que salvo ella y algunos más que conozco, la realidad se impone como un chorro de agua fría.

Si tú también has vivido o vives la precariedad laboral, ya sabes de lo que hablo. Todos sabemos millones de historias de compañeros explotados por limosna y un trato que a algún explotador le parecería bien.

Yo solo puedo decir que me da lástima, pena y mil males ver tanto talento y tan poca oportunidad. Ver a gente, como yo, que vamos súper entusiasmados y con ganas de aprender y salimos con ganas de no coger una ley nunca más. Y esta realidad aplíquenla a cualquier otra formación. Porque sé por mi entorno y conocidos que la situación es precaria casi para todos. ¿Aún les parece extraño que todo el mundo SOLO oposite, que tire años de estudios a la basura y se vayan del país en búsqueda de oportunidades que aquí se les niegan? Es que… ¡es para reflexionar! Y lo que más me choca es que es justo la gente más joven con la que he trabajado es la que peor me ha tratado. ¿Se olvidaron ya de lo que ellos pasaron? ¡Porque ojito, es reciente, eh! Acuérdense, un poquito de memoria. Además, el anterior código deontológico de la abogacía obligaba a los abogados sénior a formar a los abogados salientes para así crear una cadena de favores. ¿Cómo hemos pasado de la palabra de honor a aplacar a la futura competencia?

Me cansé de callarme. He llegado a odiar mi carrera y a querer dedicarme a algo que no tenga nada que ver porque estoy CANSADA de ser la tonta, de sentirme menospreciada, de sobrevivir con unos euros y tener que trabajar en mil cosas muy distintas a lo que me gusta. Porque no hay oportunidades, y si las hay, son con esas condiciones de menosprecio y venga, ¡mastica y traga porque esto es lo que tenemos! Esto es lo que hay. Y mientras todos callamos la explotación, se siguen subiendo fotos a Instagram mostrando la belleza de currar 12 horas y cobrar por debajo del SMI en un bufete con vistas a la Gran Vía.

Me encantaría, de verdad, explayarme más y nombrar a personas y entidades que me han explotado. Pero no soy así, no me gusta esa forma de hacer, no quiero desprestigiar a nadie. Solo puedo decir que gracias a Andrea y a buenos amigos, y a que soy una cabezona, sigo aquí. Contra todo pronóstico. Sigo queriendo emprender porque si fuera por la realidad aplacadora que he vivido hasta ahora, el único proceso que estaría en mi vida es el de Kafka, que quieren que les diga, cansa y mucho.

Si me has leído y te ha servido saber que no eres el único o la única en esta situación. Me alegra de corazón, porque aquí fotos vemos pero vidas no sabemos, y aquí está la mía: no es de ensueño, hay cosas maravillosas y soy una persona afortunada por haber podido y poder formarme pero ya ves, la realidad no la conoces en posts filtrados de Instagram.

Solo puedo decirte que POR FAVOR no te rindas. Porque seguimos siendo válidos y conseguiremos lo que nos proponemos. Y haremos ruido para silenciar la explotación y precariedad laboral en el mundo de la abogacía. Jurista, te apoyo desde la distancia, confío en ti y si necesitas o quieres más información: háblame.  Yo te cuento todo, y te digo a qué páginas y perfiles idílicos que das “like” en las Redes Sociales que realmente son unos explotadores. Sin querer damos dinerito y visibilidad a terribles profesionales que no se lo merecen en absoluto.

Ni el oro reluce tanto como la porquería bien pintada.  

Etiquetas

Comparte este artículo:

Te puede interesar

Deja una respuesta

Suscríbete a EasyLaw Magazine para recibir cada martes en tu correo las noticias más relevantes del sector legal.

Suscríbete a EasyLaw Magazine

Recibe cada martes la revista en tu email con las últimas novedades del sector legal

No te haremos spam