Los menores eran castigados con maltrato físico, mantenidos en condiciones insalubres y eran aislados en el patio de la casa.

La familia vivía en una casa donde los niños estaban siempre solos, faltaban continuamente al colegio y pasaban largos períodos de tiempo en el patio de la vivienda, incluso intentando incendiar la valla en un momento dado. La situación de desamparo y violencia doméstica en la que se encontraban los menores fue denunciada por los vecinos, quienes informaron a las autoridades sobre los ruidos y la actividad nocturna de la familia en la vivienda, así como la frecuente reclusión de los niños en el patio, sin importar las condiciones climáticas.
La investigación se inició después de que los centros educativos donde estaban matriculados los niños alertaran a las autoridades acerca de la situación de los menores en su hogar. Los progenitores, un médico de 56 años y una mujer de 44, justificaban las ausencias escolares de sus hijos por el trabajo del padre, quien ejerce en un hospital madrileño. Los padres también sometían a los niños a maltrato físico y los mantenían malnutridos. La casa donde vivían presentaba un estado de insalubridad en todas las dependencias, excepto en el despacho del padre, y la higiene en los baños y la cocina era pésima. Los niños vivían en una habitación y eran castigados de diversas maneras, incluyendo el encierro en el patio de la vivienda.
Tras la detención de los padres, se descubrió que el padre se había aprovechado de su condición de médico para justificar las ausencias escolares de sus hijos, y había tratado de mantener la situación en secreto. Los vecinos habían denunciado en varias ocasiones la situación de los niños, pero el padre intentaba justificar todo tipo de descuidos. Además, se ha informado de que el padre también sometía a la madre a maltrato, y se investiga un posible delito de hurto debido al hallazgo de uniformes y material hospitalario en la vivienda cuya procedencia no se pudo acreditar. El padre ha sido acusado de maltrato infantil y sexual, y el caso sigue siendo investigado.
La Consejería de Sanidad ha anunciado que abrirá un expediente al padre, quien trabaja en el Hospital Gregorio Marañón, por la sustracción de material sanitario encontrado en la vivienda. El hospital ha afirmado que colaborará con las autoridades y se encuentra a la espera de las decisiones judiciales pertinentes.
El caso ha conmocionado a la opinión pública y ha generado un debate acerca de la necesidad de denunciar posibles situaciones de maltrato infantil, así como de mejorar los sistemas de protección de los menores en riesgo.