El congresista republicano George Santos enfrenta cargos por fraude, lavado de dinero y robo de fondos públicos, tras ser descubiertas una serie de mentiras en su historial y biografía. Las acusaciones incluyen el cobro de beneficios por desempleo mientras estaba trabajando y declaraciones falsas sobre su patrimonio.

George Santos, un congresista republicano, se encuentra en el centro de atención en Estados Unidos debido a una serie de mentiras y acusaciones en su contra. Durante meses, Santos ha construido un castillo de mentiras que lo ayudó a llegar a la Cámara de Representantes, pero finalmente su fachada ha comenzado a desmoronarse.
Recientemente, Santos fue llevado ante la justicia y enfrenta trece cargos que incluyen fraude, lavado de dinero y robo de fondos públicos. Además, se le acusa de cobrar beneficios por desempleo mientras estaba trabajando y de hacer declaraciones falsas sobre su patrimonio, ingresos y deudas ante la Cámara de Representantes. Aunque se ha declarado inocente, las acusaciones en su contra son graves.
Santos se presentó a sí mismo como el ejemplo del «sueño americano»: un hijo de inmigrantes que logró una exitosa carrera en Wall Street y luego incursionó en la política. También fue notable que se convirtiera en el primer republicano abiertamente gay elegido al Congreso. Sin embargo, gran parte de su biografía resultó ser falsa, como se ha revelado en los meses siguientes a su sorpresiva victoria electoral en las elecciones legislativas del año pasado.
Breon Peace, fiscal federal para el Distrito Este de Nueva York, ha destacado que «en conjunto, los indicios señalan que se basó repetidamente en la deshonestidad y el engaño para llegar hasta el Congreso y enriquecerse».
Santos ha sido liberado bajo fianza de 500.000 dólares, garantizada por tres personas anónimas. Sin embargo, su libertad está condicionada a restricciones de movimiento, limitándose a Nueva York, Washington y lugares entre ambas ciudades.
En diciembre, un mes después de las elecciones, The New York Times publicó una investigación en la que se cuestionaba prácticamente todo el currículum de Santos. Se descubrió que sus afirmaciones sobre trabajar en Citigroup y Goldman Sachs eran falsas, no se encontraron registros de su paso por la universidad ni de su supuesto negocio inmobiliario, y se puso en duda la existencia real de la ONG de rescate de animales que afirmaba haber fundado.
Santos se disculpó por embellecer su currículum y admitió que no había cursado estudios superiores ni había trabajado en esas prestigiosas entidades financieras. Sin embargo, a medida que los medios profundizaron en su pasado, se descubrió que las mentiras del congresista de 34 años, elegido en un distrito de Long Island, iban más allá y podrían estar ocultando posibles delitos.
Se reveló que Santos había sido acusado de fraude en Brasil en el pasado, aunque no enfrentó consecuencias legales debido a la dificultad de localizarlo por parte de la justicia brasileña. También surgieron dudas sobre cómo pasó de ser denunciado por falta de pago de alquileres en 2015 y 2017 a supuestamente convertirse en propietario de varios bienes raíces en 2021, a pesar de declarar ingresos modestos en ese período y no informar a las autoridades sobre ninguna propiedad.
En 2019, Santos realizó una primera campaña fallida para el Congreso, presentándose como un ferviente seguidor de Donald Trump. Durante ese tiempo, también se vio envuelto en varios negocios fracasados, incluida una firma de inversión que fue acusada de llevar a cabo un esquema de estafa piramidal según las autoridades.
Cuando se acercaban las elecciones siguientes, Santos aparentemente disponía de suficiente dinero para financiar su propia campaña y declarar grandes ingresos provenientes de su empresa, la Devolder Organization, de la cual hay poca información pública y se desconocen sus clientes.
Durante la campaña electoral, surgieron comportamientos financieros sospechosos, como el registro de 37 cargos exactamente de la misma cantidad, $199,99, para diversos servicios, desde material de oficina hasta hoteles y viajes en Uber. Esta cantidad es un centavo menos de la que requiere que los candidatos presenten recibos al organismo electoral encargado de supervisar las elecciones.
Las mentiras de Santos no se limitaron únicamente a su carrera profesional, ya que en entrevistas y apariciones públicas también hizo una serie de declaraciones falsas que con el tiempo se demostraron como fabricaciones completas. Algunas de estas mentiras parecían inofensivas, como sus detallados relatos sobre sus logros en el equipo de voleibol de una universidad a la que en realidad nunca asistió. Otras mentiras tenían motivaciones más significativas, como afirmar ser descendiente de judíos que habían escapado del Holocausto, especialmente cuando buscaba el apoyo de una comunidad judía importante en su distrito.
Estas revelaciones llevaron a la sección local del Partido Republicano a distanciarse de Santos. Sin embargo, en Washington, sus compañeros republicanos no han tomado medidas para expulsarlo de su cargo. A pesar de su arresto y acusaciones legales, los republicanos hasta ahora han declarado que no tienen planes de tomar acciones en su contra.
El caso de George Santos ha sacudido el mundo político estadounidense, ya que ha revelado una serie de engaños y falsedades que le permitieron acceder a la Cámara de Representantes. A medida que el proceso judicial continúe, queda por verse cuáles serán las consecuencias para Santos y cómo impactará en el panorama político y la confianza pública en el sistema electoral.