La realidad del mundo privado, y también público, ha sufrido variaciones en la forma de gestionar todas las áreas asociadas a personas y, sobre todo, al impacto que generan en éstas y en la sociedad. Este código de buenas prácticas –llamada RSC o RSE– no es más que la línea estratégica correcta de la ética y la coherencia que debe tener cualquier empresa que quiera golpear positivamente su status quo frente a terceros. En definitiva, es un sello de integridad filantrópico que antes no le dábamos suficiente importancia.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lo define como “la forma en que las empresas toman en consideración las repercusiones que tienen sus actividades sobre la sociedad y en las que afirman los principios y valores por los que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos internos como en su relación con los demás actores”. Según la OIT, «la RSC es una iniciativa de carácter voluntario y que sólo depende de la empresa, y se refiere a actividades que se considera sobrepasan el mero cumplimiento de la ley».
Y esto no va de grandes corporaciones que pueden permitirse ejercer acciones empresariales en pro de la sociedad con presupuestos millonarios adjuntos, en todo caso, es la parte resultante de aquellas pequeñas, medianas y grandes empresas —públicas o privadas— que quieren hacer las cosas bien hechas y que tienen claro que para seguir vendiendo al mercado con éxito no sólo deben rendir cuentas o balances anuales en positivo, que también. Ante la colérica globalización, independientemente de la parte económica, estas empresas saben que integrarse como agentes sociales de acuerdo con lo que propugna la Agenda 2030, es un sistema atento como arquetipo necesario para marcar la diferencia en cualquier sector. A pesar de cada contexto empresarial o de sector, tienen claro que éste es el camino.
“Esto no va de grandes corporaciones que pueden permitirse ejercer acciones empresariales en pro de la sociedad con presupuestos millonarios, en todo caso, es la parte resultante de aquellas pequeñas, medianas y grandes empresas –públicas o privadas– que quieren hacer las cosas bien hechas”
Los beneficios, por otra parte, son implacables en el sentido interno del incremento del compromiso de los empleados, la atracción del talento, la obligación de los líderes empresariales a examinar procesos internos, y sin embargo, genera la capacidad de innovar y aumentar la facturación. En cuanto a nivel externo, de forma innegable, mejora taxativamente la imagen corporativa respecto a la competencia, potenciando la reputación en el mercado en la mirada de clientes, asociados, inversores o entidades reguladoras. También refuerza las relaciones con las comunidades locales y fortalece el tejido económico, social y cultural, facilita nuevas oportunidades de core business y, si se trata del espectro medioambiental, se reduce su impacto negativo en el entorno.
“En cuanto a nivel externo, de forma innegable, mejora tajantemente la imagen corporativa respecto de la competencia, y potencia la reputación en el mercado en la mirada de clientes, asociados, inversores o entidades reguladoras.”
Y la cuestión que muchos empresarios y empresarias se plantean: ¿Cómo implemento un plan de RSC en mi empresa? Es necesario establecer, pues, con la ayuda de especialistas una política muy clara que defina su compromiso con la Responsabilidad Social Empresarial y su enfoque en el abordaje en cualquiera de las áreas en las que quiera trabajar frente a los retos sociales. Habrá que identificar y evaluar los impactos de nuestra tarea ante las operaciones de este apartado y establecer los debidos objetivos; además, este paso deberá ir acompañado de stricto sensu de la comunicación de toda esta información a sus equipos de trabajo, clientes, proveedores y todas aquellas partes que tengan un interés. Por último, y no menos importante, la empresa deberá realizar las acciones necesarias para el cumplimiento de los objetivos descritos y monitorizar las acciones para su seguimiento y continuación del ejercicio.
Algunos ejemplos de empresas que han seguido con mucho éxito el modelo de RSE o RSC son:
- Whole Foods, empresa de alimentos orgánicos, tiene un enfoque para proporcionar alimentos saludables y sostenibles.
- Patagonia, empresa de ropa deportiva, se enorgullece de ser una empresa respetuosa con el medio ambiente y apoyar a grupos ambientales.
- Apple, empresa de tecnología, por su parte, tiene programas en marcha para reducir su impronta de carbono y promover la igualdad de oportunidades en la tecnología.
- Unilever es una empresa de productos de consumo que tiene un enfoque en la sostenibilidad y la responsabilidad social. La empresa ha establecido metas ambiciosas para reducir su impronta de carbono y mejorar la calidad de vida de los trabajadores y comunidades locales.
- The Body Shop es una empresa de cosméticos conocida por su compromiso con la ética y la sostenibilidad. La empresa trabaja con grupos de defensa de los derechos humanos y apoya iniciativas ambientales a nivel mundial.
- Ben & Jerry’s es una empresa de helados que ha adoptado un enfoque de RSC desde sus inicios. La empresa se enorgullece de ser una empresa verde y apoyar a grupos de interés social y medioambiental.
Dejar una huella positiva a nivel empresarial es siempre una ventaja respecto al resto que no lo hace. No puede perderse la oportunidad.