Insultos racistas hacia Vinicius desatan la indignación en el fútbol español

Los insultos racistas dirigidos a Vinicius Júnior durante un partido de fútbol generan indignación y reavivan la discusión sobre el persistente problema del racismo en el deporte.

El racismo en los estadios de fútbol, una lacra que ha sido desatendida durante mucho tiempo, vuelve a ser objeto de atención mediática después de un reciente incidente. Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, envió una carta al Consejo Superior de Deportes (CSD) tras los insultos racistas dirigidos al futbolista brasileño Vinicius Júnior durante el derbi entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid el pasado 18 de septiembre en el estadio Metropolitano. Ibarra expresó su frustración por la falta de respuesta por parte de las autoridades y resaltó la necesidad de convocar al Observatorio de la Violencia, el Racismo y la Intolerancia en el Deporte, que está establecido por ley pero no ha sido convocado en las legislaturas anteriores ni en la actual.

Raúl Martínez-Corcuera, profesor de la Universitat de Vic e investigador de discursos de odio, va más allá al afirmar que el racismo en las gradas persiste porque nadie parece tener verdadero interés en erradicarlo. Asegura que se habla mucho sobre el tema, pero no se toman medidas efectivas para combatirlo. Ibarra comparte esta opinión y señala que la impunidad es uno de los mayores obstáculos, ya que las autoridades alegan dificultades para identificar a los responsables cuando se trata de una masa de personas.

En el caso de Vinicius, el jugador fue insultado con gritos de «mono» desde las gradas del estadio de Mestalla. Aunque el partido se interrumpió brevemente, continuó sin mayores consecuencias y Vinicius acabó siendo expulsado tras agredir a un jugador del Valencia. El presidente de Brasil, Lula da Silva, salió en defensa del futbolista y denunció el fascismo y el racismo presentes en los estadios. Vinicius también expresó su indignación en las redes sociales, afirmando que el racismo es común en LaLiga y calificando a España como un país de racistas.

El incidente recibió atención internacional y destacados medios de comunicación, como la BBC y el New York Times, informaron sobre los insultos racistas en los estadios españoles, señalando que no son infrecuentes ni nuevos. Sin embargo, al preguntarse si España es un país racista o si el fútbol español es racista, Ibarra responde negativamente, argumentando que España tiene altos niveles de tolerancia según las encuestas, pero reconoce la existencia de conductas racistas visibles.

Lorena Cos, psicóloga deportiva especializada en el trato con futbolistas, destaca que el fútbol en sí no es racista, sino que son las personas quienes tienen actitudes racistas, sin importar dónde vivan. Aunque reconoce el aumento de actitudes xenófobas y violentas hacia algunos deportistas, enfatiza que ninguna cantidad de gestos justifica los insultos racistas. Ibarra también subraya que las víctimas de comportamientos racistas deben ser protegidas y que el racismo es un delito que no puede ser justificado.

El Movimiento contra la Intolerancia responsabiliza a los medios de comunicación, tertulianos y usuarios de redes sociales por contribuir a un clima de intolerancia, que afecta a la convivencia diaria y a la imagen del país y del deporte en general. Martínez-Corcuera, desde su experiencia como investigador de mensajes de odio, destaca la instrumentalización del racismo en función de los colores de los equipos y señala que los insultos racistas son frecuentes en el fútbol, pero los medios solo se centran en casos específicos. Aunque hay una creciente sensibilización sobre el tema, el racismo en el fútbol español persiste y ha sido objeto de discusión durante más de 20 años sin que se tomen medidas adecuadas.

En conclusión, el incidente de los insultos racistas dirigidos a Vinicius Júnior ha vuelto a poner de manifiesto la persistencia del racismo en los estadios de fútbol en España. Aunque se ha destacado la necesidad de abordar este problema, se requiere una acción más contundente por parte de las autoridades, los clubes, los medios de comunicación y la sociedad en su conjunto para erradicar el racismo en el fútbol y garantizar un ambiente inclusivo y respetuoso para todos los jugadores y aficionados.

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