Un impactante descubrimiento ha sacudido al hospital de Madrid luego de que un paciente chino, que había sido abandonado y sin visitas durante su estancia, resultara ser un fugitivo buscado por un asesinato cometido en Portugal.

El hombre, cuya identidad se mantuvo en secreto, había sufrido graves secuelas neurológicas debido a un accidente de tráfico. Esta historia revela la conexión entre el fugitivo, la mafia china y el lucrativo negocio ilegal de las angulas, una delicadeza gastronómica. A continuación, se detallan los eventos que llevaron al descubrimiento y arresto de este peligroso criminal.
La trama criminal tuvo inicio el 3 de mayo de 2019, cuando fue encontrado el cadáver de Jun Jun Fang en la sierra de Arrábida, cerca de Lisboa. Fang, de 32 años, fue asesinado brutalmente a tiros en un ajuste de cuentas por una deuda de 70.000 euros con la mafia china, relacionada con el tráfico ilegal de angulas. Estos pequeños y codiciados peces, con un precio de hasta 5.000 euros por kilo, son exportados de manera clandestina hacia países como China y Vietnam.
La investigación policial portuguesa condujo a la identificación de los responsables del asesinato, dos hombres con un historial delictivo que incluía extorsión, tráfico de drogas y otros intentos de asesinato. Rápidamente se sospechó que los sicarios habían escapado a España, y se emitió una orden de detención europea en septiembre del mismo año.
El caso fue asignado al grupo de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional, que después de rigurosas investigaciones logró detener a uno de los fugitivos, identificado como S. Z., en un hostal de Madrid. Sin embargo, su cómplice aún permanecía prófugo, sin dejar rastro.
La suerte del fugitivo restante cambió en agosto de 2022, cuando sufrió un grave accidente en la A-42, cerca de Cubas de la Sagra, un municipio madrileño. A raíz del accidente, el hombre quedó gravemente herido y fue trasladado a diferentes hospitales, hasta que finalmente ingresó en el Hospital Fundación Instituto San José, especializado en la recuperación de accidentes de tráfico y pacientes de larga estancia.
Tras seis meses de tratamiento, los médicos determinaron que ya no había más que pudieran hacer por el paciente, quien no podía abandonar el hospital por sus propios medios y no había nadie disponible para hacerse cargo de él. Fue entonces cuando las autoridades policiales confirmaron que el hombre era el fugitivo buscado por Portugal y procedieron a su detención. Las investigaciones llevadas a cabo por la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras confirmaron su identidad y, una vez notificado de su arresto, fue trasladado a un módulo hospitalario dentro de la cárcel debido a las secuelas físicas y neurológicas que había sufrido a causa del accidente.