El diario Kommersant ha revelado que el caso penal por la organización de una rebelión armada contra Yevgueni Prigozhin, líder del grupo de mercenarios conocido como Wagner, aún sigue abierto, a pesar de las declaraciones del Kremlin asegurando que el empresario no enfrentaría persecución judicial y se exiliaría en Bielorrusia.

La Fiscalía General de Rusia inició el caso en virtud del artículo 279 del Código Penal ruso, después de que Prigozhin y sus hombres anunciaran que habían cruzado la frontera rusa desde Ucrania en la región de Rostov, al sur, y habían emprendido una «marcha por la justicia» hacia Moscú. Denunciaron un presunto ataque del Ejército ruso contra un campamento de mercenarios en territorio ruso.
Aunque formaciones como Wagner están prohibidas por la legislación rusa, se convirtieron en el destacamento de asalto principal de las fuerzas rusas que combaten en Ucrania.
El líder del Grupo Wagner criticó duramente la gestión desastrosa de la cúpula militar rusa, encabezada por el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, en la guerra en Ucrania, alegando que había cobrado la vida de aproximadamente «100,000 soldados rusos».
Tras el anuncio de la toma de la ciudad rusa de Rostov del Don, sede del Estado Mayor del Distrito Militar Sur de Rusia, y la aproximación de una columna de mercenarios a 200 kilómetros de Moscú, la mediación del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, logró frenar la rebelión.
Se alcanzó un acuerdo con Prigozhin, en virtud del cual se retiró junto con sus hombres de Rostov del Don y posteriormente de las regiones de Moscú y Vorónezh (por donde discurre la carretera que conecta el sur con la capital). A cambio, Prigozhin sería exiliado en Bielorrusia y se retiraría el cargo penal, que podría haber acarreado una condena de entre 12 y 20 años de prisión.
El pacto también estipulaba que no se perseguiría a los mercenarios que se unieron a la sublevación de su líder, y aquellos combatientes que no habían participado directamente en el levantamiento podían suscribir un contrato con el Ministerio de Defensa y someterse al mando de Shoigú y Guerásimov.
Actualmente, se desconoce el paradero del jefe de Wagner y su situación actual. El caso sigue en desarrollo mientras se investigan los detalles de esta rebelión armada y sus implicaciones en Rusia.