Descubre si es legal prohibir la entrada con comida y bebida a los festivales y cobrar exclusivamente con pulseras recargables. La OCU expresa su opinión al respecto y aclara los derechos de los asistentes en esta cuestión controvertida.

Enrique García, portavoz de la OCU, afirma que desde la organización creen que no lo es porque «en aquellos locales donde no se dediquen de forma exclusiva a la venta de bebida y alimentos se debe permitir la entrada con bebida y alimentos». Además, destaca que «tienen la obligación las promotoras, los conciertos, los festivales de disponer de fuentes de agua accesibles al público de forma gratuita».
El verano es época de festivales y diversión. Uno de los gestos que no pueden faltar en la entrada de acceso es el de abrir el bolso o la mochila en los controles de seguridad. Además de buscar objetos punzantes o peligrosos, el portar bebida o comida son otro de los elementos que se prohíben.
En las condiciones generales que figuran en las páginas web de información de muchos festivales, detallan que no se puede acceder con estos productos de fuera. Pero Facua ha denunciado a varios festivales por ejecutar esta práctica. Además, no son los únicos extras que se cobran: hay festivales en los que también se paga por una pulsera que permite salir y volver a acceder al recinto.
«Queda terminantemente prohibida la entrada al recinto del festival de cualquier tipo de comida o bebida, pudiendo los asistentes ser registrados. El incumplimiento de este punto supone la expulsión inmediata del recinto», reza una web de un conocido festival.
«Para poder salir y entrar del recinto de la zona general (ya sea entrada de día o abono) es necesario adquirir el derecho de reacceso que se podrá adquirir por el precio de 15 euros al llegar al recinto en la propia taquilla o en cualquier punto de ‘cashless’ o recarga del interior del recinto», figura en la web del evento.
Este tipo de prácticas han sido denunciadas por Facua: «No es legal decirlo en el contrato, ni tampoco cachearnos a la entrada. Nos podrían cachear ante sospechas reales, es una tomadura de pelo. Es tener a la gente secuestrada dentro del recinto. Y les cobran un ojo de la cara», explica Rubén Sánchez, su secretario general de Facua.
«Es una cuestión muy compleja porque de entrada, si nos negamos, seguramente nos impedirán el acceso. Puedo reclamar a posteriori. Toda la diferencia de coste podría reclamarla, estamos en plena campaña de festivales de verano. Cualquier consumidor que nos trae tickets de festivales lo estamos denunciando», explica. Además, los «precios abusivos» no están exentos de polémica: «La cuestión «ilegal» es entrar con tus productos, pero el precio dentro de cualquier tipo de acontecimiento es libre. De lo que se trata es de poder entrar con una botella de agua y dos bocadillos, no con diez botellas de whisky. El año pasado denunciamos a una veintena de festivales, este año cinco», recalca Rubén.
La OCU advierte que en festivales, al igual que sucede en el resto de situaciones de consumo, no pueden negarse a aceptar pagos en efectivo. Imponer el pago con pulseras se considera abusivo y contrario a la normativa de consumo. Desde el 28 de mayo de 2022, una reforma legislativa de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios contempla como infracción «la negativa a aceptar dinero en efectivo como medio de pago dentro de los límites establecidos por la normativa tributaria y de prevención y lucha contra el fraude fiscal».
Si bien la ley no obliga a las compañías a aceptar pagos con tarjetas de débito o crédito, tampoco les permite negarse a cobrar en efectivo. Según Facua, si es ilegal imponer el pago con pulseras, también lo es cobrar una cantidad por reembolsar el dinero que sobra de las mismas. Ante estas situaciones, los consumidores pueden reclamar y exigir sus derechos. Para ello, deben dirigirse a la empresa organizadora y solicitar la solución correspondiente.
Es imprescindible disponer de los justificantes de compra de la entrada o del pago y guardar una copia de la reclamación una vez interpuesta. En los casos de devolución del dinero, la normativa no especifica un plazo concreto, pero generalmente suele hacerse en menos de dos semanas.
Los asistentes a festivales no pueden reclamar un reembolso acogiéndose al derecho de desistimiento, como ocurre con otras compras. Si el consumidor comete algún error en la compra, no puede asistir al evento o le surge algún imprevisto, no tiene derecho a una devolución.
En última instancia, si la empresa no atiende la reclamación y se niega a dar una solución, los consumidores pueden acudir a los tribunales. FACUA viene denunciando a numerosas organizadoras de conciertos y festivales ante diferentes irregularidades y reclama que se apliquen sanciones proporcionales a su gravedad.