La guerra de sombrillas en Benidorm, discusiones, multas y tensiones

Benidorm, un pintoresco pueblo en Alicante, amanece con su primera línea de playa completamente ocupada, pero la mayoría de los madrugadores que colocaron sus sombrillas no se encuentran por ningún lado.

La guerra de sombrillas en Benidorm, discusiones, multas y tensiones

Como ha sido habitual en años anteriores, algunos visitantes instalan sus sombrillas y desaparecen, dejando un tema polémico a su paso. Este fenómeno se ha dado en llamar la «guerra de sombrillas», con acaloradas discusiones sobre la obtención de los mejores lugares para los bañistas. Una residente asegura haber presenciado la intervención de las autoridades en una discusión entre dos personas por el territorio, lo que resultó en su desalojo por parte de las autoridades. El Ayuntamiento de Benidorm ha implementado una multa considerable de 750 euros para aquellos que dejan sus sombrillas sin supervisión durante la noche.

Conforme avanza la mañana, la playa está llena solo de sombrillas. De acuerdo con una ordenanza municipal, abandonar pertenencias en la playa puede resultar en multas de hasta 750 euros. Un bañista exasperado comenta que deberían multar a todos aquellos que practiquen este comportamiento. Algunas personas continúan aprovechándose de la situación, sintiéndose empoderados por la ausencia de intervención policial.

Curiosamente, este problema no está limitado a ninguna nacionalidad en particular. Los turistas británicos también han reportado sentirse discriminados por aquellos que reclaman sus sitios en las primeras horas del día. Sin embargo, es importante destacar que esta tendencia no se limita solo a Benidorm, sino que se ha extendido por toda la región costera. Situaciones similares han ocurrido en Oropesa y Torrevieja, con algunas playas experimentando escenas caóticas que se asemejan a estampidas mientras la gente lucha por los mejores lugares. Como respuesta, las autoridades locales han comenzado a tomar medidas para abordar la situación.

La guerra de sombrillas, que se ha intensificado en las playas de Benidorm en los últimos años, ha captado ahora la atención de la prensa británica, con el Daily Mail sugiriendo incluso elementos de racismo o xenofobia al retratar un conflicto entre locales españoles y turistas del Reino Unido. Sin embargo, es importante señalar que una situación similar se presenta en Tenerife y Mallorca, donde los roles se invierten y son los compatriotas quienes compiten por los lugares preferidos.

En su informe, los medios británicos presentan el conflicto con un toque de humor, sugiriendo que mientras algunos lugareños colocan sus tumbonas antes del amanecer, algunos británicos todavía están de fiesta o durmiendo. Las autoridades en Benidorm han prometido tomar medidas enérgicas contra estos «acaparadores de playas» y evitar que los locales españoles superen a los turistas británicos en la obtención de los mejores lugares a pocos metros de la orilla.

Contrario a la representación humorística de los medios británicos, el Ayuntamiento de Benidorm niega que el problema esté relacionado con nacionalidades o la procedencia de los bañistas. En cambio, atribuyen el problema a un deseo arraigado en algunas personas de asegurar su lugar antes del inicio del día. Algunos incluso esperan a que los servicios de limpieza de la playa terminen antes de ocupar sus sitios, a las 6 de la mañana.

No obstante, las regulaciones municipales prohíben expresamente abandonar pertenencias en la playa y desalojar el área para reservar espacio. La Policía Local tiene la autoridad para retirar estas pertenencias y emitir advertencias. La concejal de Playas y Medio Ambiente, Mónica García, aclara que llegar primero y ocupar un lugar está permitido, pero surgen sospechas cuando alguien justifica su acción pretendiendo haber ido a dar un paseo después de dejar sus pertenencias en la playa.

En cualquier caso, las fuerzas del orden generalmente trasladan las pertenencias personales a la torre de los socorristas o a una de las entradas de la playa para evitar conflictos con otros bañistas. Si el comportamiento se repite, la Policía Local también puede imponer multas como medida para desalentar estas acciones.

La guerra de sombrillas en Benidorm y las áreas costeras circundantes es un recordatorio de cómo un bien muy solicitado, como un lugar privilegiado en la playa, puede generar tensiones y disputas entre los bañistas. Mientras las autoridades locales intentan encontrar un equilibrio entre preservar la experiencia en la playa para todos y atender las preocupaciones de los visitantes, es crucial que los bañistas respeten las normas y el derecho de los demás a disfrutar del sol, la arena y el mar. De esta manera, la batalla de sombrillas puede transformarse en una experiencia armoniosa en la playa para todos, independientemente de su nacionalidad u origen.

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