Un icónico emblema de la tradición sidrera asturiana ha sido asegurado por una decisión del Tribunal Supremo, marcando un hito en la protección de la herencia cultural y comercial de la región.
Después de una década de disputas legales, la firma cántabra Somarroza se ve obligada a rediseñar sus envases, ya que el distintivo diseño de la botella de sidra asturiana ha sido resguardado en exclusiva para los productores del Principado de Asturias.
Esta botella, de forma cilíndrica y con un cuello conocido como «ladies leg» por su semejanza a la pierna de una mujer, se ha convertido en un símbolo distintivo de la sidra asturiana desde su fabricación en 1880. Reconocible y sin etiquetas, esta icónica botella se ha asociado con la tradición de la sidra asturiana a lo largo de los años.
La Asociación de la Sidra Asturiana (ASSA), formada por productores de sidra en Asturias, fue la encargada de proteger la marca registrada de esta botella. A lo largo de los años, ASSA emprendió acciones legales contra productores de otras regiones que utilizaban esta botella para envasar sidra, lo que culminó en una demanda contra la empresa familiar Sidra Somarroza en Cantabria.
Después de un juicio prolongado, el Tribunal Supremo emitió una sentencia el 19 de julio de 2023, reconociendo la validez del registro de la botella molde de hierro como marca distintiva. La sentencia afirmó que la botella posee elementos únicos y distintivos que la hacen fácilmente reconocible por los consumidores, lo que la convierte en un activo protegido exclusivamente para los lagareros de ASSA.
Este fallo no solo asegura la exclusividad de la botella de sidra asturiana, sino que también sienta un precedente en la interpretación de las prohibiciones de registro de marcas en envases. La sentencia refuerza la importancia de la protección de los símbolos culturales y comerciales, otorgando a los productores de sidra asturiana la certeza de que su identidad única está protegida y resguardada por la ley.
La historia de la botella de sidra asturiana es un testimonio de la pasión y dedicación de los productores de sidra en la región, y ahora, gracias a la intervención del Tribunal Supremo, esta botella seguirá siendo un emblema inconfundible de la tradición y la calidad de la sidra asturiana en todo el mundo.
