El Gobierno alemán da un paso trascendental hacia la regulación del cannabis, estableciendo pautas claras para su consumo y cultivo dentro de un marco "legal y ordenado".
El recién aprobado proyecto de ley, presentado por el ministro de Sanidad Karl Lauterbach, del partido socialdemócrata, redefine la relación de Alemania con esta sustancia, respondiendo a la creciente demanda por una aproximación más controlada y segura.
Las líneas directrices de esta regulación apuntan a la posibilidad de autocultivo de hasta tres plantas de cannabis y la posesión de hasta 25 gramos destinados al «consumo personal». Sin embargo, estas cantidades deberán ser adquiridas en asociaciones específicamente designadas para este propósito, con licencias adecuadas y rigurosos mecanismos de control.
El enfoque del proyecto es claro: no se trata de promover el consumo de esta sustancia de manera indiscriminada, sino de limitarlo y, al mismo tiempo, hacerlo más seguro. El ministro Lauterbach subraya que Alemania busca evitar los desafíos asociados con la legalización en otros lugares, como Países Bajos o Estados Unidos, donde se ha registrado un aumento en el consumo. En lugar de eso, aspira a establecer una regulación efectiva que reduzca el mercado negro y proporcione un acceso seguro y controlado a los usuarios.
El autocultivo de cannabis estará restringido a asociaciones o clubes con un máximo de 500 miembros, quienes podrán disfrutar de hasta 25 gramos diarios o un total de 50 gramos al mes. Lauterbach sostiene que esta regulación abordará problemas fundamentales, principalmente la criminalidad vinculada al tráfico de esta sustancia. Sin embargo, esta afirmación ha sido cuestionada por algunos sectores policiales, quienes sugieren que el mercado negro podría persistir e incluso expandirse.
A pesar de la relevancia de esta medida, no ha estado exenta de controversia y críticas. La oposición conservadora insta al ministro a bloquear el proyecto antes de su entrada al proceso parlamentario. Incluso dentro de la coalición gobernante, los Verdes y los liberales han expresado preocupaciones, particularmente en relación a la cantidad máxima permitida. Estos últimos rechazan de plano la restricción impuesta, según afirmó la portavoz de su grupo parlamentario, Kristine Lütke.
La «legalización ordenada» del cannabis en Alemania representa un cambio significativo en la política de drogas del país y será objeto de un intenso debate en el proceso legislativo. La medida busca equilibrar el acceso responsable al cannabis con la prevención de abusos y la disminución del mercado negro, marcando un nuevo rumbo en la política de drogas en Alemania y generando opiniones diversas entre distintos actores políticos y sociales.
