La Asociación Española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios ha arrojado luz sobre las nuevas obligaciones en relación con la facturación electrónica que afectan a los autónomos en España.

Esta medida tiene como objetivo aumentar la transparencia y combatir la morosidad.
Los autónomos serán los responsables de generar y enviar sus propias facturas electrónicas a Hacienda, en lugar de depender de sus gestores o asesores para llevar a cabo esta tarea. Esto significa que serán los propios autónomos los que deban introducir los datos necesarios en cada factura electrónica antes de enviarla. Este cambio representa un giro en las prácticas habituales, ya que en algunos casos, eran los gestores los que solían encargarse de esta tarea en nombre de los autónomos.
Según Eduardo Estrade, vicepresidente segundo de la Asociación Española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios, esta transición se justifica porque los asesores fiscales generalmente no están familiarizados con los productos o servicios específicos de los autónomos, así como con sus precios. En consecuencia, se considera más adecuado que cada autónomo genere sus facturas por sí mismo, aunque luego pueda remitirlas a su asesoría para su revisión y posible envío a la Agencia Tributaria.
En cuanto a los detalles del proceso, se sugiere que los asesores podrían desarrollar programas de enlace con los clientes para facilitar la generación de facturas en tiempo real. Esto permitiría a los autónomos tener sus facturas disponibles para enviarlas de manera eficiente a la Agencia Tributaria y a sus clientes.
Además, se plantea la idea de establecer plazos para el envío de estas facturas electrónicas, similar a lo que se hace en el Sistema de Información Inmediata (SII) de las empresas. Esto implicaría que una vez que el autónomo haya finalizado una factura y haya establecido una fecha, tendrá un período determinado para enviarla tanto al cliente como a Hacienda. Este enfoque se considera necesario debido a la posible demora en la introducción de datos en algunas facturas, especialmente en aquellas de gran tamaño.
Uno de los aspectos positivos que se destaca desde ASEFIGET es el potencial de la factura electrónica para combatir la morosidad, ya que podría reducir la economía sumergida y aumentar la recaudación. Esto podría abrir la puerta a posibles reducciones de impuestos a largo plazo.
Si bien esta medida busca modernizar el proceso y combatir el fraude, es importante señalar que no se espera que cambie los períodos de las liquidaciones ni elimine la obligación de pagar el IVA, incluso si no se ha recibido el pago de la factura. Sin embargo, si se implementa el reglamento de la Comisión Europea para garantizar el pago a proveedores en 30 días, podría facilitar los pagos, ya que los fondos ya estarían disponibles en las facturas emitidas.