En respuesta a la crisis en curso en Oriente Medio y a una serie de recientes ataques terroristas en Francia y Bruselas, el Ministerio del Interior ha emitido una directriz a las fuerzas de seguridad para implementar "medidas complementarias" dentro del marco del nivel 4 de alerta antiterrorista.

Esta decisión se tomó durante una reunión del comité de evaluación de amenazas, que se reúne semanalmente para evaluar la amenaza terrorista. La reunión, presidida por el Ministro de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, resultó en un anuncio oficial por parte del departamento. Tras un análisis exhaustivo de varios factores, incluyendo aportes de expertos en la lucha contra el terrorismo de agencias como la Policía Nacional, la Guardia Civil, Mossos d’Esquadra, Ertzaintza, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Seguridad Nacional y las Fuerzas Armadas, se acordaron una serie de medidas adicionales dentro del sistema de alerta antiterrorista actual, actualmente calificado en nivel 4 de un total de 5.
Entre estas medidas, se destaca un enfoque particular en fortalecer la seguridad en ubicaciones especialmente sensibles en todo el país y mejorar los esfuerzos antiterroristas por parte de las fuerzas de seguridad estatales. Los eventos recientes que motivaron esta decisión incluyen un incidente de apuñalamiento en Arras, en el norte de Francia, donde un hombre de 20 años de origen ruso criado en Francia atacó su antigua escuela, resultando en la muerte de un profesor y heridas en tres personas. En un incidente separado, un hombre de origen tunecino disparó fatalmente a dos ciudadanos suecos en Bruselas. Ambos atacantes habían sido previamente identificados y simpatizaban con el Estado Islámico.
Esta renovada amenaza de terrorismo se produce en un momento en que las tensiones aumentan en el Medio Oriente, lo que ha llevado a que tanto Francia como Bélgica eleven sus niveles de alerta al máximo. En París, la necesidad de evacuar el Palacio de Versalles en dos ocasiones en tres días subraya la gravedad de la situación, con 7,000 militares patrullando las calles. El presidente Emmanuel Macron subrayó que «todos los países europeos son vulnerables» ante esta reaparición de la amenaza terrorista. Afirmó que, en un estado democrático, la erradicación completa del riesgo de terrorismo es prácticamente imposible, lo que requiere un estado de vigilancia perpetua.
El conflicto en el Medio Oriente ya ha tenido repercusiones en Europa, con informes de ataques a ciudadanos francoisraelíes por parte de Hamas, lo que ha provocado víctimas y tomas de rehenes. Macron se comprometió a hacer todo lo posible para garantizar la liberación de estos rehenes.
Este tipo de «terrorismo de bajo coste» es altamente impredecible, ya que es difícil determinar cuándo estos individuos actuarán. «Nunca antes Suecia ni los intereses suecos han estado tan amenazados como ahora», declaró ayer el primer ministro del país, Ulf Kristersson. Macron, sin embargo, expresó confianza en los servicios de inteligencia y en el Ministerio del Interior, a pesar de que el supuesto agresor de Arras era conocido y estaba bajo vigilancia.
Estos recientes ataques también plantean interrogantes sobre la inmigración y el seguimiento de extranjeros radicalizados. Ambos atacantes estaban en listas de vigilancia y sujetos a seguimiento.
Francia está a punto de comenzar a examinar la ley de inmigración, un tema sensible en un país multicultural donde aproximadamente el 20% de la población es de segunda o tercera generación, con padres o abuelos que emigraron de las antiguas colonias, en su mayoría magrebíes. La extrema derecha considera que esta ley es demasiado laxa, mientras que la izquierda la percibe como muy estricta y restrictiva.